Crítica

Crítica: Cuento de invierno de Éric Rohmer

Crítica de «Cuento de invierno» de Éric Rohmer | La segunda película de la serie de «Los cuentos de las 4 estaciones” reúne varias de las claves de la filmografía del cineasta francés.

Recorrer la ciudad

Por Karina Solórzano

«También las ciudades creen que son obra de la mente o del azar, pero ni la una ni el otro bastan para mantener en pie sus muros. De una ciudad no disfrutas las siete o las setenta y siete maravillas, sino la respuesta que da a una pregunta tuya».
-Italo Calvino en Las ciudades invisibles

En las piedras de los viejos templos y castillos de las ciudades están escritas innumerables historias, ¿qué nos dirían esas piedras si preguntáramos su pasado? Me imagino a Lila Cerullo, el personaje de ficción de la saga Dos amigas de Elena Ferrante, escribiendo la historia imposible de Nápoles; entre tantos temas que podrían ocupar su atención, Lila prefiere caminar por su ciudad y pensar en el puerto, en los artesanos zapateros de la vía San Gregorio Armeno, en su barrio y en el volcán. ¿Qué responden las ciudades cuando nos cobijamos en ellas? Calvino aventura que una ciudad puede responder nuestras preguntas. Pienso en mi propia relación con las ciudades, en el urbanismo encuentro respuestas «materiales» —por decirlo de algún modo— a algunas cuestiones; en la exploración de los centros encuentro, por ejemplo, los castillos y templos más viejos, pero también el bullicio y olores más potentes que en otras partes de la ciudad. El centro me obliga a estar alerta, pero recorrer y perderme en sus calles a veces me conduce a bellas casualidades. Caminar por las calles, aventurarse por la paralela a la conocida implica siempre un desafío al azar, cuántas cosas desconocidas pueden salir a nuestro paso.

Esa especie de desafío al azar me hace pensar en el cine de Éric Rohmer, que podría dividirse entre películas de ciudad y películas de espacios exteriores como el campo y la playa. El espacio está dispuesto ya sea para el anonimato de la muchedumbre como en El signo de Leo (1962), El amor al medio día (1972), Las citas de París (1995) o para suscitar una suerte de cine especular: descubrir en nuestro interior el rayo que nos ilumina como en El rayo verde (1986). Cuento de invierno (1992) se mueve entre estas dos esferas, navegar entre la muchedumbre parece conducir a Félicié, la protagonista de la película, a un milagro que puede que no sea otra cosa más que la realización una certeza interior: el próximo reencuentro con su gran amor después de cinco años de separación a causa de una dirección incorrecta. En el interior de Félicié se gesta poco a poco la certeza del reencuentro, ella no busca a su amor perdido en la ciudad porque eso sería, tal vez, forzar al azar.

Fotograma de la película «Cuento de Invierno» de Éric Rohmer.

La respuesta de Félicié, como para Calvino, está en las calles parisinas, en ellas se produce el milagro del reencuentro. Como en una apuesta de fe, Félicié decide no desistir en la esperanza de encontrar a su gran amor. Así, regresa de Nevers para quedarse en París, la certeza llega súbitamente en una iglesia. Nevers me hace pensar inevitablemente en Hiroshima, mi amor (1959), otra película en la que los personajes son las ciudades: ella es la ciudad francesa; él, Hiroshima.

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Encontré esa misma idea en unas líneas de El paciente inglés (1997): «Quiero que todo esto se grabe en mi cuerpo. Nosotros somos los verdaderos países, no las fronteras trazadas en los mapas, con nombres de hombres poderosos», escribe Katherine antes de morir. Ser un país, ser una ciudad. Fundirse con las montañas y los árboles de algún lugar, porque vivenciar un espacio físico significa poner todos nuestros sentidos: somos la calle. Ser París, Nevers o Hiroshima. Si somos las ciudades ¿podemos encontrar en ellas una imagen especular como en la naturaleza? si así fuera, el autobús en el que Félicié reencuentra a su amor sería como ese atardecer en la playa de El rayo verde, ambos como el escenario para la epifanía. Reconocernos en la ciudad y en la naturaleza puede suscitar una imagen especular porque «lo de adentro es lo de afuera y viceversa»¹.

Fotograma de la película «Cuento de Invierno» de Éric Rohmer.

«En Cuento de invierno hay un paso del realismo a la trascendencia que puede (o no) acercarnos a la fe. Creo que la capacidad de otorgarle cierto peso a todo aquello que nos abisma en el silencio o en la duda, contrario a lo que podríamos esperar, nos hace percibirlo de una manera más clara».

En Cuento de Invierno hay un realismo rohmeriano que entiendo como la «irrupción de lo real» presente en algunas escenas que registran lo que Félicié mira en las calles que recorre, en los productos del mercado o los escaparates de las tiendas, pero hay momentos en los que ese registro también parece capturar un milagro: el rostro de ella mientras ve la obra de teatro de Shakespeare. Me gustaría extender un poco más la idea de la imagen especular. Podemos fundirnos con un árbol, pero ¿cómo fundirnos con un volcán? En el final de Stromboli (1950) de Roberto Rossellini, que quizás sea el milagro más bello jamás capturado en el cine, el personaje de Ingrid Bergman cruza un volcán y en algún momento entre las cenizas y la humareda se tira sobre él para llorar. De repente es como si la cámara capturara no solo la revelación que se le presenta al personaje, sino también la gracia…. tal vez soy demasiado críptica ahora, pero ¿esa secuencia no podría ser también una imagen especular?

No estoy segura sobre cómo el realismo de Rossellini o de Rohmer puede albergar esas epifanías tanto para sus personajes como para sus espectadores, pero comencé este texto diciendo que en el urbanismo he encontrado ciertas respuestas «materiales» a mis preguntas y en el último párrafo aventuré una idea que roza lo metafísico, me parece que ese movimiento está también en Cuento de invierno, hay un paso del realismo a la trascendencia que puede (o no) acercarnos a la fe. Creo que la capacidad de otorgarle cierto peso a todo aquello que nos abisma en el silencio o en la duda, contrario a lo que podríamos esperar, nos hace percibirlo de una manera más clara. Tal vez existen cosas que escapan a una traducción verbal (tal vez estas ideas que escribo se oscurecen); y, sin embargo, en el cine todo es luz.


¹La idea del afuera y adentro se estudia en el libro Filosofía de la imagen. Lenguaje, imagen y representación, Fernando Zamora Águila, UNAM-ENAP, 2008. pp.182

Cuento de invierno (1992) de Éric Rohmer está disponible en el catálogo de la plataforma MUBI. La idea del afuera y adentro se estudia en el libro Filosofía de la imagen. Lenguaje, imagen y representación, de Fernando Zamora Águila. UNAM-ENAP, 2008. pp.182

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