Por: Pablo Zamora
El hoyo, dirigida por Galder Gaztelu, es una cinta inventiva y bien construida; repleta de elementos simbólicos que recuerdan a la crítica social presentada en Snowpiercer.
Todos los días un grupo de cocineros son supervisados para crear un gran festín, cada detalle de los alimentos es sumamente cuidado. Estos alimentos son dejados en una plataforma que va descendiendo en el Hoyo, una mezcla de prisión y manicomio compuesto por niveles consecutivos empezando por el cero. Cada mes, los habitantes del Hoyo son llevados a un diferente piso, por lo que si están arriba correrán con la suerte de comer todo lo que se les antoje, pero si están abajo, solamente podrán comer las sobras de los de arriba, si es que las hay. Dentro de la historia encontramos a Goreng (Ivan Massagué), un nuevo individuo en el Hoyo, con el que descubriremos algunos elementos del misterioso lugar.
La historia y los sucesos dentro de la trama se van revelando a cuenta gotas, sin embargo, gracias a la construcción y excelente manejo de guion, se logra que la presentación y el desarrollo de la película atrape sin mucho esfuerzo al espectador. Varios componentes de la trama funcionan como una suerte de crítica social, más específicamente hacia el capitalismo, lo cual recuerda cintas como Snowpiercer del reciente ganador del Oscar Bong Joon-ho; El Hoyo es una mezcla de crítica social con una trama de ciencia ficción al más puro estilo de Orwell.
La fotografía y el montaje juegan un papel muy importante para el ritmo que presenta la película, y es que además de ir mostrando elementos interesantes, hay escenas, fotogramas y transiciones que hacen sentir tensión y angustia por su mezcla oportuna con la banda sonora y los efectos de sonido.
Al final, el hoyo vale la pena por mostrar de una manera ingeniosa temas de crítica social, complementados por las cumplidoras actuaciones de la mayoría de los personajes en la trama. El espectador podrá sentir la angustia, el conformismo y la crudeza en los personajes. No obstante, para los espectadores menos familiarizados con este tipo de películas, es muy probable que les parezca una historia sumamente perturbadora.
Pero no todo es plausible en la película, para la parte final, parece decaer toda la buena construcción que se tenía desde un inicio. Se muestra un final abierto que no necesariamente pudo haber sido el punto climático que merecía la película.
El hoyo está disponible para verse en Netflix y resultará una interesante opción para quienes gusten de ver algo fuera de los estándares más comunes del cine.