Por: Pablo Zamora
Sam Mendes y Roger Deakins vuelven a trabajar juntos en 1917, tal vez uno de los filmes más vistosos del director.
La película cuenta la historia de Schofield (George MacKay) y Blake (Dean-Charles Champman), dos soldados a quienes se les encarga la misión de informar al coronel Mackenzie que su batallón va directo a una trampa de guerra. Para lograrlo, tendrán que atravesar diferentes sitios desolados e invadidos por la guerra.
Uno de los aspectos más llamativos de la película es su fotografía, Roger Deakins nos entrega un espectacular plano secuencia que brilla en momentos clave del filme; en combinación con la música y la historia, logra crear escenas simplemente increíbles y se reafirma como uno de los mejores cinefotógrafos en la actualidad. Este aspecto técnico podría pasar como un capricho en varias producciones, sin embargo, en 1917 juega un papel fundamental por la naturaleza de su narrativa.
El ámbito sonoro es otro de los puntos fuertes de esta producción, tanto la música que acompaña las escenas, así como el diseño sonoro, aunque este último punto se queda muy lejos de ser el mejor en películas de guerra (producciones como Dunkirk dejaron el listón muy alto), cumple con lo necesario para poder disfrutar la cinta en una sala de cine con buen sonido.
El guion corre a cargo por Mendes y Krysty Wilson, quienes, inspirados por los recuerdos del abuelo del director, cuentan una historia que logra mostrar diferentes matices de los conflictos armados, no obstante, algunos la podrán sentir como otra película más de guerra, que no busca mostrar todos los puntos de vista.
El filme cuenta con algunas interpretaciones de grandes actores como Mark Strong, Colin Firth e incluso Benedict Cumberbatch; todas ellas mostrando que el rango actoral se demuestra incluso con pocos minutos en pantalla. 1917 es posiblemente uno de los trabajos más ambiciosos de Sam Mendes.