Crítica

Last night I saw you smiling de Kavich Neang

Dejar el hogar

por Axl Flores

En 2017 una empresa japonesa pactó con el gobierno de Camboya la compra del Edificio Blanco, un inmueble construido en 1963 en el que vivían aproximadamente 490 familias que se vieron obligadas a desalojar el lugar. El documental Last night I saw you smiling, dirigido por Kavich Neang retrata el proceso de este grupo de personas para dejar su viejo hogar.

Pese a lo que esa sinopsis pudiera evocar, la película no adquiere tonos políticos. Si bien un análisis sociológico pudiera hacer notar las carencias del régimen camboyano, el film busca adentrarse en lo íntimo de las familias que están a punto de dejar su hogar, una de ellas, la del propio director.

A través de testimonios y recuerdos Neang construye un relato sobre la nostalgia y la añoranza. Si una mudanza siempre presupone una confrontación con el pasado, entre lo que se busca conservar y lo que parece ya innecesario, este dilema es aún más grande cuando el lugar abandonado está a punto de ser demolido. En una reunión con las autoridades, los cientos de habitantes piden al gobierno al menos poder llevarse las puertas de su casa. Aún sin saber si en el nuevo espacio en el que vivirán serán necesarias, los habitantes gastan su tiempo en quitar marcos y puertas de las paredes.  Un esfuerzo por llevarse hasta lo más último posible de lo que fue su hogar.

Last night I saw you smiling ahonda en ese concepto inmaterial del hogar. En un encuentro con su padre, Neang le pregunta qué siente al dejar la casa, su padre le contesta que él prefiere ignorar tales preguntas, porque solo le provocan lágrimas en los ojos: “Uno piensa que una casa es solo techos, paredes y ventanas, pero al final mudarnos de aquí me rompe el corazón”. No solo se deja un edificio, sino todo lo que se vivió ahí, un espacio más que físico, sentimental.

Ese sentimiento permea en toda la duración del film y solo pasa a segundo plano cuando los habitantes del condominio comienzan a dudar sobre la remuneración que el gobierno les ha prometido. Al comienzo del texto afirmé que no había ningún afán político en el film, aún en esos momentos de desconfianza, Neang da más importancia al aspecto individual, a los longevos cuerpos que confiesan ya no tener fuerza para luchar. Ante un sistema que cada vez gana más terreno lo único que queda es confiar en lo propio.

Finalmente, con la evacuación consumada, quedan puros techos y paredes, pero sabemos que son más que eso, los vestigios de una vida que ya no volverá.

Last Night I Saw You Smiling se presenta en Filminlatino como parte de la muestra Daimon.

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