Crítica

Crítica: Un Film Dramatique de Eric Baudelaire

Multiplicar las miradas

por Axl Flores

En una de las entrevistas que conforman Un Film Dramatique un pequeño niño afirma “una película puede ser sobre todo, o sobre nada”, a la par explica con gran seguridad que la diferencia entre una fotografía y el cine radica principalmente en que este último no está limitado al presente, en él se pueden inventar todo tipo de cosas; posteriormente le avisa a quien está detrás de cámara que ya no se le ocurre nada más que decir. Esa escena define en gran medida el nuevo film de Eric Baudelaire que, producto de cuatro años de encuentro con estudiantes del proyecto de cine de una escuela primaria en Saint-Denis, busca que un grupo de niños encuentre su propia forma de expresarse, no solo a través de las palabras, también mediante las imágenes.

Un Film Dramatique es una película que se construye gracias a las múltiples impresiones de los infantes en torno a temáticas tan problemáticas como el racismo, la migración y los orígenes en Francia. En ese sentido, la película es muy parecida a Swagger de Oliver Babinet en la que varios adolescentes opinan sobre la multiculturalidad que los rodea y principalmente sobre cómo esa condición afecta la percepción que tienen sobre ellos mismos, pero hay una diferencia esencial entre las dos películas, pues mientras Swagger solo marca las desigualdades sociales, la cinta de Baudelaire busca romperlas a través del cine, en un proceso en el que los niños puedan entender su realidad a través de la creación de imágenes.

El montaje de Claire Atherton alterna entre escenas que muestran al grupo de jóvenes estudiantes discutiendo cómo se debería realizar una película (uno de los niños dice que deben de enfatizar en la construcción dramática, posiblemente de ahí salga el nombre de la película), con imágenes filmadas por los propios niños, en las que una constante es la exploración de la forma cinematográfica, es interesante cómo varios estudiantes se interesan en el zoom para poder visualizar cosas que a la distancia parecen casi indistinguibles.

«Un Film Dramatique es de cierta forma una evocación al cine-diario, cada uno de los niños elige filmar su casa… porque si bien el cine es un gran vehículo hacia otras realidades, también es la apertura de una mirada singular del mundo».

Un Film Dramatique es de cierta forma una evocación al cine-diario, cada uno de los niños elige filmar su casa, sus horarios escolares, los cuadros familiares, todas sus actividades cotidianas; porque si bien el cine es un gran vehículo hacia otras realidades, también es la apertura de una mirada singular del mundo. El principal mérito del film es que respeta todo lo relatado por los niños, pese a que sus conclusiones puedan parecer fuera de cualquier lógica no busca cuestionarlas, sino solo ver cómo sus ideas se vinculan con lo que retratan de su vida.

Baudelaire burla el filtro autoral al no presentar ningún análisis sobre las capacidades del cine como un método pedagógico, prefiere mostrar cómo esa relación con las imágenes cambia la forma en la que los niños miran su cotidianidad, Un Film Dramatique es una película que gracias a la multiplicidad de miradas resalta las capacidades del cine para romper con las barreras impuestas por lo social.

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