Columnas

Cartas sobre Correspondencias de Rita Azevedo

por Paulina Vázquez y Axl Flores

Nota de la redacción: La elección de publicar estas correspondencias –paradójicamente de una película titulada Correspondencias– sostenidas entre dos de nuestros colaboradores se da en el sentido de explorar un nuevo camino en la escritura sobre cine, sabemos que la publicación de cartas puede resultar un poco problemática por suponer una invasión a lo íntimo, pero lo postulado en el mismo texto burla esa aseveración al tomar a la escritura como una búsqueda de lo colectivo. Esperamos que para la lectora o lector de este formato, que es nuevo para nosotros, resulte algo edificante. No se realizó ninguna corrección de estilo en los textos para respetar lo más posible el sentimiento con que fueron escritos.

12 de octubre de 2020

Estimado Axel Flores:

Por este medio, me permito responder finalmente a la encomienda que dejaste en mis manos hace casi ya dos meses: escribir sobre Correspondencias (Portugal, 2016) de Rita Azevedo Gomes. Al revisar su filmografía  me percaté de la desbordada cantidad de referentes y símbolos que caracterizan sus películas y emprendí una investigación (como usualmente hago) para comprender más allá de los aspectos teóricos y fílmicos quién había ideado aquellas extensas películas. Para empezar tendríamos que comprender más sobre la historia de Portugal como país, sin embargo, ahora me doy cuenta de que ahondar en el tema fue lo que me perdió en un inicio para dedicarle algunas palabras a la obra de esta cineasta. Como bien dices, no es un análisis, sino una crítica; bien quiero abrir a discusión el tema a través de esta carta. Al leer tu crítica sobre La Portuguesa (Portugal, 2018), quise responderte por escrito, aunque mejor dicho, esta contestación es un comentario a lo que ya se escribió sobre Azevedo y sus piezas fílmicas.

En Correspondencias, Rita se dedica a narrar desde una poética visual que coquetea con el videoarte, la relación epistolar que mantuvieron Jorge de Sena y Sophia de Mello Breyner Andersen, así como fragmentos de su obra lírica.

Estos poetas y escritores vivieron una época controversial en Portugal lo que llevó a Jorge de Sena a vivir un exilio de 20 años. Fragmentos de textos, de cartas, de videos y poemas completos son recitados mientras miramos paisajes, personas reunidas, tomas de infinidades que engloban una relación duradera, amorosa y de perpetua añoranza. Me resulta complejo encontrar los nexos que unen este filme con algunos otros de marcadas características. Lo que puedo destacar es sin dudas la visión particular del mundo, saturar con textos y ambientes el filme es quizá la manera de insertar la teatralidad pasmosa que retumba en la totalidad (al menos de las piezas que yo miré) de sus películas. Se toma su tiempo y estira su narrativa casi hasta romperse. No es un cine sencillo ni de mirar, ni de digerir, lo que se antepone claramente al cine comercial contemporáneo.

Fotograma de Correspondencias (Portugal, 2016)

Quizá ahora no me es posible desvincular filmes como La Portuguesa, Frágil como el mundo (Portugal, 2001) o La venganza de una mujer  (Portugal, 2012), estas llenan de un ruido estruendoso mi mente. Si bien estoy familiarizada con sus claras influencias pictóricas, como las prerrafaelistas, el romanticismo alemán y hasta de las pinturas flamencas entre otros elementos que me hacen pensar su cine como una especie de neobarroco eurocentrado, siento la clara e inteligible barrera entre nuestros epistemes. ¿Qué tiene que decir una mujer latinoamericana como yo de Rita Azevedo, una mujer portuguesa?

El ser mujeres no nos hace iguales, estamos atravesadas tanto por una brecha generacional, como por dos o tres idiomas y un océano que divide tanto nuestras vivencias, como nuestros continentes y sin embargo, puedo afirmar que su tergiversado mundo fílmico resplandece y puede contemplarse en su narrativa, a través de la cual desnuda su interés por retratar su punto de vista sobre la vida misma. Esa narrativa tan singular como íntima, artificiosa y franca que deja enmudecido al espectador local y aquellos del mundo globalizado.

Me voy a despedir de ti de la manera en la que ya me acostumbré a empezar mis textos, pues cada comienzo es un final y viceversa.

Este es el tiempo

de la selva más oscura.

Hasta el aire azul se ha vuelto rejas

y hasta la luz del sol se ha vuelto

impura.

Esta es la noche

densa de chacales

pesada de amargura.

Este es el tiempo en el que

los hombres renuncian

-Sophia de Mello Breyner Andersen   

Te hago llegar un abrazo fraternal y una hoja de peral silvestre (que a lo mejor no es silvestre).

Atte. Paulina Vázquez.

Carta escrita por Paulina Vázquez
Carta escrita por Paulina Vázquez

13 de octubre de 2020

Querida, Lina: 

Muchas gracias por comunicarte y abrir un nuevo canal en el que se puede escribir un poco más allá de la conversación por Whatsapp o mensaje directo, sé que nada impide llenar un mensaje por esas instancias con tantos caracteres, pero creo que la costumbre es reducir la conversación a una pregunta o una respuesta corta, incluso a un emoji o un sticker. Recuerdo muy bien cuando te pedí que escribieras sobre Correspondencias, recuerdo que aún no habíamos hablado tanto y te hablé de ella como una película muy poética que te interesaría mucho, después caí en cuenta de que es tal vez una de las películas más diferentes —si es que se puede hablar de lo diferente como una categoría estética— de Azevedo y pensé que a lo mejor, con una expectativa creada por mis palabras sobre lo «poético» y lo «bello» —categorías que uso muy seguido en mi habla cotidiana sin realmente preguntarme la profundidad de ellas—, la película pudiera desilusionarte, pero leo con emoción que no fue así. 

Mi impresión del cine de Azevedo Gomes es muy parecida a la tuya, también creo que poco tiene que decir una persona como yo de su cine, que como mencionas desborda referencias y muestra una erudición que transita por diversas áreas del conocimiento –la pintura, danza, teatro, cine–, sin embargo, cuando veo una de sus películas siento la invitación de hablar de ellas, no en el sentido de decir  algo interesante, sino en que he encontrado algo que llama mi atención, creo que los dos textos que he escrito sobre su cine son más eso que otra cosa, impresiones antes que críticas o análisis y me parece que hay un poco de eso en tu carta. Su voluntad de llevar los sentimientos a una puesta en escena, que creo es eso de la teatralidad que me dices, se manifiesta en cada una de sus películas, el del amor y la angustia de sentirse superados por él en Frágil como el mundo y El sonido de la tierra al temblar; o el de la espera en La Portuguesa, eso que acá en Correspondencias es el de escribir desde el exilio; algo que hace imposible no relacionarse con ellas. 

Eso es lo que más llamó mi atención de Correspondencias, que la misma película propone ese juego de conocer la intimidad del otro y relacionarse con ella, la lectura de las cartas hablan sobre un momento muy específico de la vida de Senna y de Breyner Andersen, pero eso no impide que los que las leen sientan algo con ellas, sin duda, como me dices, es una película difícil de ver por esa combinación de materiales e imágenes, pero existen pequeños detalles que son casi revelaciones. Hay un momento en que Sofía informa a Jorge de la muerte de su hermano y su madre, que me hizo comprender lo importante de tener a alguien con quién compartir los momentos buenos, como los viajes, los poemas sumamente bellos; pero también los malos, como ese sufrimiento o tal vez el silencio mismo. 

Perdona que me haya extendido tanto, espero que esta carta pueda ser para ti al menos una parte de lo revitalizadora que fue la tuya para mí, en estos momentos me encuentro con muchas dudas alrededor de la escritura sobre cine y compartir contigo mi sentir sobre esta película ha sido liberador, guardando proporciones creo que esta actividad está en el dilema que menciona Sophia sobre la poesía en la película: «la poesía pide dos cosas contradictorias a las personas: una de ubicarnos en el vacío y otra de ponernos en comunión… el carácter de la poesía está en la intensidad del vacío y la intensidad de la comunión que uno desea y necesita». 

Tal vez el escribir de cine no tenga ninguna valía y sea algo, en un inicio, muy solitario, pero siempre aspira a crear una comunidad, creo que con lo escrito aquí y lo platicado antes, puedo sentir que hemos creado una, aún si conocernos plenamente en persona. Esta cuarentena ha sido un descubrimiento en este tipo de relaciones.

Te envío un gran abrazo y agradezco la apertura a este tipo de escritura, me mantengo al pendiente de cualquier cosa que necesites. 

Ya para finalizar, algo que me di cuenta en esta segunda vista de las películas de Rita fue su amor por filmar gatos, estos aparecen de forma nada improvisada en ficciones como La venganza de una mujer y La Portuguesa; en sus documentales podría parecer que es producto del azar pero yo no he podido evitar verlos en toda la secuencia de inicio en Danzas macabras, esqueletos y otras fantasías –que espero conseguir una copia para compartirla contigo– e incluso en esta de Correspondencias cuando un hombre ofrece un pescado a una mujer. Es un dato insignificante, pero me pareció que si no lo compartía ahora, ya nunca lo haría.  

PD. Qué bello poema de Breyner Andersen y me disculpo por no poder devolver este escrito con un formato similar al tuyo.

Fotograma de La venganza de una mujer
Fotograma de La venganza de una mujer

14 de octubre de 2020

Querido Axl:

He abandonado por el momento esa forma escueta de comunicación con casi todo el mundo. Si bien WhatsApp resulta de utilidad, es también esa manera de contacto cuya inmediatez bloquea la libertad de las palabras (aunque los stickers sean divertidísimos). Antes de darme un clavado en seguir la discusión sobre “nuestra” Rita, te adelanto dos cosas: 1. No hay cuidado en el formato, 2. Extiéndete todo lo que quieras, por mí mejor. Bueno y el pilón: voy a responder tu carta anterior de manera campechana y no punto por punto, porque igual se desordenan mis pensamientos al querer expresar muchas cosas de una sola vez.

Al contrario que a ti, yo al ver sus filmes me quedo sin palabras; además de sentirme exhausta, aunque igual me inquieta compartir mis impresiones. ¡Los gatos! Claro que sí, son tan protagonistas como los personajes, igualmente aplastar caracoles, que no sé tú, pero me quiebra el corazón con el mismo sonido del quebranto de sus caparazones, esas escenas me parecen tan crueles como aquellas otras de las que hablamos al comentar Au hasard Balthazar de Robert Bresson. La crueldad es demasiada, ¿por qué? No es una pregunta directa, es una pregunta lanzada al tiempo, al viento.

“Escribir desde el exilio…” es un gran título para lo que sea. Mantener correspondencia hoy en día, en estos tiempos atomizados es muy complicado, casi como lanzar una moneda al aire. Me alegra que pudiera gestarse la correspondencia para ampliar el intercambio de saberes, impresiones y experiencias que nos llevan a colaborar en Fotogenia, el cine siempre será un pretexto para escribir y compartir. Regresando a lo que comentabas sobre esta intimidad entre Jorge de Sena y Sophia, en ese momento que tratan la muerte de su hermano y me parece también la de su madre, coincido contigo, a uno le recuerda el valor de la amistad, el amor y el tiempo. Me impresiona lo intensas que eran las cartas escritas con palabras tan simples, pienso que se debe a la intensidad sentimental con las que se escriben en el momento se potencia gracias al tiempo que tardaban en recorrer el océano que separaba dos continentes. Lo digo porque en mi experiencia, la tardanza y la incertidumbre que se comparte con quien se mantiene correspondencia postal, vuelve triplemente satisfactorio tanto recibir en el buzón un sobre como leer el mensaje que alguien nos dedicó.

Me parecía muy retador escribir sobre Correspondencias, especialmente después de ver La Portuguesa, La venganza de una mujer y Frágil como el mundo, en esta última encontré por ejemplo bellísimas imágenes y momentos cuya poiesis cautivaron mis sentidos. Uno de ellos fue cuando los enamorados están acurrucados en la casa abandonada y se leen los pensamientos, sus labios están cerrados y escuchamos sus voces; incluso su particular forma manera de intercambiar correspondencia al pie de la cerca aborda la intimidad de una manera sublime –te mando por mail un par de enlaces que te debo sobre las categorías estéticas–, ellos siempre se ven juntos, pero el esperado contacto labial se prolonga demasiado, sólo mantienen la tensión de la cercanía. De igual manera en Correspondencias. Se estira la intimidad de las cartas hasta sus extremos, en un filme tan largo e intenso que hasta se permite mostrar los errores detrás de cámaras (mencionaba que encontré en Frágil como el mundo imágenes y momentos muy poéticos, pero también, si no mal recuerdo, un poema de Sofía, para no olvidarme de mencionarlo).

Si bien, no puedo decir que el cine de Rita me guste, sí ha marcado y resaltado en mí el encarnar la poiesis de la vida y sé que guardaré por mucho tiempo en la memoria las imágenes de sus filmes.

Gracias por tomarte el tiempo de responder, de ver de nuevo Correspondencias, de invitarme a colaborar en Fotogenia y seguir compartiendo sobre cine.

Que el vacío y la comunión que nos inspiran permanezcan siempre vivos estimado colega. Ojalá le entiendas a mi letra y si no, luego te cuento a qué me refería. Gracias a ti y a Pablo por compartir tanto, por su valioso trabajo. Que siga y sigamos compartiendo. Espero la copia de Danzas macabras, esqueletos y otras fantasías, me intriga.

Un abrazo fuerte.

Atte: Paulina Vázquez.

Fotograma de La Portuguesa (Portugal, 2018)

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