por Karina Solórzano y Bianca Ashanti
Nota de la redacción: Este texto es consecuencia de un diálogo sostenido entre Karina Solórzano y Bianca Ashanti a propósito de la película First Cow de Kelly Reichardt. Si la imagen habitual de la crítica de cine es la de una actividad solitaria, aquí se responde con un intercambio que, como la misma película que analiza, procura la amistad, incluso como una «propuesta política».
Karina:
En un gesto de apropiación y cariño traduje libremente el título como Primera Vaquita (First Cow, Kelly Reichardt, 2019), pienso que quizá esta primera vaquita inglesa –probablemente la primera de todo Oregón, lugar en donde ocurre la historia– indica una suerte de vaticinio de todas las demás que llegarán. La diferencia será la manera en la que otros se relacionarán con ellas, para Cookie y King la primera no significa un «bien» del cual sacar algún tipo de provecho, Cookie se dirige a ella con la misma ternura y empatía con la que recolecta hongos o construye su amistad con King.
Para Cookie tanto la naturaleza como las personas no son medios para llegar a un fin o a un objetivo, son parte de un todo en el que la alteridad se da en términos de confianza y cuidado. Encuentro una propuesta política en este gesto: ante la idea de la competencia con el otro, la amistad subvierte toda jerarquía. Ante la pretensión de considerar a la naturaleza como un recurso explotable, la película nos la presenta como centro con su especial atención en el río, en los árboles o en las hojas.
Esta otra posibilidad de relacionarnos con lo que nos rodea está presente también dentro de la película Wendy y Lucy (2008) que cuenta la historia de amistad entre una Wendy y su perrita Lucy en medio de un tránsito difícil para Wendy. Creo que, en esta línea, First Cow reúne varias de las preocupaciones de Reichardt: el surgimiento de Estados Unidos como nación de Meek’s Cutoff (2010) y la amistad de Wendy y Lucy. First Cow es una especie de antiwestern que hace de la amistad su núcleo anímico y temático.
Ashanti
Encuentro en First cow un análisis muy profundo sobre las relaciones sociales. Tal como lo has mencionado ya, hay una serie de particularidades discursivas en Cookie que lo convierten en el punto central de mis reflexiones dentro de este antiwestern. Basta con mirarlo recolectar hongos, para comenzar a sentir una profunda empatía hacia él, pero ¿cómo es posible que un hombre que se toma el tiempo para darle el pésame a una «vaquita» haya sido capaz de sobrevivir a este viejo oeste? Cookie no es sólo un respiro para la hipermasculinidad de los hombres en pantalla, es también un personaje complejo que alberga dentro de sí ciertas características poco verosímiles, pero muy funcionales para la construcción de una historia que ha planteado su final desde un principio (haciendo alusión a los cadáveres que vemos en las primeras secuencias).
He mencionado anteriormente esta suerte de análisis porque, aunque en una primera lectura creí que la película se constituía principalmente como un retrato de la amistad, pronto me he percatado de que ésta no es sino una pequeña arista dentro de todo un universo temático, encuadrado por una cámara que se toma el tiempo de posicionar en primer plano a sus personajes secundarios, que nos ayudan a entender la multiculturalidad propia de un territorio fronterizo donde siempre hay una fragmentación entre el caos y la calma; entre la violencia del centro y la tranquilidad de una cabaña en el bosque donde Cookie y King consolidan su amistad.

Este último punto es importante para dar continuidad a la congruencia narrativa de una cinta que se constituye a partir de la confrontación; puesto que nuestros coprotagonistas son completamente opuestos. King es un hombre audaz, ambicioso y potencialmente peligroso, mientras que Cookie se presenta como un hombre sencillo que intenta sobrevivir en un mundo voraz. A pesar de que el intercambio realizado entre ellos resulte útil y les permite consolidar una amistad –contrastante con la hostilidad del resto de hombres–, me parece que la proposición –no tan explícita– de la cineasta, es plantearnos una reflexión ¿crítica? sobre los términos de su relación; una necesidad de dialogar con el contexto a niveles más generales, teniendo en cuenta las características particulares (geopolíticas) que nos ofrece la historia.
Karina
Me gusta la oposición que mencionas de la tranquilidad de la cabaña respecto a la violencia del centro –el lugar en el que ocurre el comercio– y esto tiene que ver con la manera en la que Cookie ve el trabajo y aquí tienes razón en la diferencia entre ambos: King piensa con más ambición, quiere comerciar y volver a China; Cookie considera abrir un hotel, pero sobre todo en llevar una vida tranquila. El comercio y su relación con la geografía es algo que está muy presente en el western clásico, por ejemplo, la búsqueda del oro; lo que cambia en First Cow es que plantea cómo los sistemas de explotaciones aseguran riqueza sólo para los burgueses (la vaquita representa eso), y es clara esa geopolítica que mencionas, los únicos ricos son los ingleses que toman té con leche de «vaquita».
A mí me gustaría retomar la idea de amistar, pero llevarla a su dimensión política, la amistad entre Cookie y King, con sus lazos horizontales, es una búsqueda presente también en la comunidad. En oposición a los ingleses que toman té está la intérprete (Lily Gladstone) que es puente entre los indígenas y los “extranjeros”; la película, por tanto, nos muestra diferentes relaciones sociales, todas a partir de su relación con la vaquita (o los panqués, su producto comercial): están los clientes élite, los consumidores que se pelean en la fila y los amigos que intentan construir un pequeño comercio, la clave está en cómo Reichardt pone el énfasis en el cariño –pero también fracaso– de la empresa de los amigos.

Por último (y aquí quizá estoy leyendo demás, ya me dirás qué opinas) me parece que esta propuesta política de la amistad puede parecer, de entrada, un recordatorio amargo de una búsqueda que no funcionó, vemos los huesos de los amigos al inicio de la película; sin embargo, creo que a la luz del resto de la filmografía de Reichardt, puede leerse como una propuesta para tiempos futuros: ante el capitalismo voraz, economías del cuidado; ante las relaciones verticales, la amistad.
Ashanti:
Me resulta sorprendente la forma en que logras sintetizar todas las reflexiones que surgieron respecto a la «intencionalidad» política de Reichardt. Retomando esta parte, específicamente el análisis de la amistad dentro de contextos geopolíticos bien delimitados, ha llamado mi atención el término de economías del cuidado. Hasta ahora mi interpretación de la historia partía sólo de las relaciones de clase, pasando por alto las relaciones de género, ya que los personajes femeninos en la cinta son prácticamente inexistentes –a excepción de las dos mujeres que conocemos en la casa del Jefe Factor–.
La contemplación de esta nueva arista dentro de mi percepción me generó un par de preguntas. La primera de ellas orientada hacia la validez de una lectura con esta perspectiva. La reciente ola de discursos moldeados por la industria para vender el cine como un medio de «empoderamiento femenino» me resulta peligroso y poco útil para el ejercicio reflexivo de la crítica feminista. Por esta razón tenía miedo de contribuir a su intencionalidad reduccionista y comercial; pero, en cuanto mencionaste estos términos, me di cuenta de que una nueva lectura planteada a partir de la interseccionalidad era completamente válida y pertinente, debido a la construcción de ambos personajes que nace de una dicotomía occidental de género.

“First Cow reúne varias de las preocupaciones de Reichardt: el surgimiento de Estados Unidos como nación de Meek’s Cutoff y la amistad de Wendy y Lucy… es una especie de antiwestern que hace de la amistad su núcleo anímico y temático”.
Considero, además, que esta formulación es completamente crítica. Me explico. A lo largo de la cinta hay ciertos guiños que denotan explícitamente la repulsión que tienen los hombres (típicos del western) hacia estos gestos de cuidado y femineidad relacionados con las mujeres. Un hombre en un bar se burla del gusto del Jefe Factor por beber té con leche (como una verdadera damita inglesa), unos minutos después Cookie llega a una cabaña, toma la escoba y pone flores en un jarrón. Estas secuencias inmediatas y contrastantes parecen retomar la idea que desarrollamos sobre la confrontación, utilizada en la cinta para exacerbar los elementos narrativos propios de un género que se consolidó a partir de la hegemonía patriarcal. Cuestión que ya habías planteado a través de tu conexión temática entre relaciones verticales-amistad, pero donde me atrevo a agregar el tópico de la relación género-clase dentro del extractivismo colonial.
Creo que podríamos hablar de una apropiación del western, por parte de la directora, a partir de tópicos opuestos al canon. Hace algún tiempo escuché que el cine sólo podía innovar en técnicas, puesto que ya todos los géneros se habían explorado; yo pienso que más allá de la innovación, estamos en un periodo de reescritura que vale la pena presenciar, ¿tú qué opinas?