Por Redacción
El director de cine Denis Villeneuve se ha convertido en los últimos años en lo que se conoce como un director de culto. En menos de un lustro, el canadiense ha logrado posicionarse en el gusto de crítica y público al dirigir películas como La llegada (2016), protagonizada por Amy Adams y Jeremy Renner; Blade Runner 2049 (2017), con Ryan Gosling, Harrison Ford y Ana de Armas; e incluso la nueva versión de Dune (2021) con Timothée Chalamet, Zendaya y múltiples estrellas más.
Gracias a su originalidad en la forma de contar historias y porque aún en sus proyectos de gran escala comercial se percibe un sello autoral, la filmografía de Villeneuve anterior a su etapa en Hollywood se ha vuelto todo un objeto de deseo. Decenas de cinéfilos visitan películas como Polytechnique (2009) y La mujer que cantaba (2010) para atestiguar la evolución de las temáticas y ejecuciones del director.
Por tal razón, el estreno en línea de Un 32 de agosto en la tierra (1998) ópera prima de Denis Villeneuve en una excelente restauración, como parte del ciclo Primeras Películas Primero de Mubi, resulta una gran oportunidad para observar los primeros pasos de este gran director.
La película cuenta la historia de Simone (Pascale Bussiérres), que después de sufrir un accidente automovilístico entra en una crisis existencial que, de la nada, le hace querer tener un hijo, por lo que le pide a Philippe (Emmanuel Bilodeau), su mejor amigo, que le ayude a tenerlo. Con un ritmo de montaje trepidante, un calendario bastante alterado y un tono bastante ligero, se siguen las divagaciones de estos dos amigos de mediana edad que buscan encontrar un sentido a sus vidas.
Si bien, esta película no puede anticipar el surgimiento del gran cineasta que vendría después, sí muestra una cierta originalidad para el tratamiento de los géneros, pues de alguna forma, Un 32 de agosto en la tierra logra congeniar y falsear varios, del drama va a la comedia y de la comedia a un extraño símil de la típica road movie americana que culmina en el desierto.
Otro de los grandes aspectos que resalta de la cinta es la fotografía de André Turpin (fotógrafo de Villeneuve también en Maelstrom y La mujer que cantaba), quien entrega uno de los planos más bellos del film en medio del Desierto del Gran Lago Salado, en donde los dos protagonistas intentan, sin éxito, tener un hijo. Es decir, una película tan absurda como intrigante.
¿Sabías que? Denis Villeneuve fue nombrado por la Asociación de Críticos de Hollywood como el mejor cineasta de la década pasada por su trabajo en La mujer que cantaba, Enemy, Prisioneros, Sicario, La llegada y Blade Runner 2049.
