Crítica

Crítica: Last Night in Soho de Edgar Wright

Crítica de «Last Night in Soho» | La nueva cinta de Edgar Wright que ha llegado a los cines es perfecta para Halloween.

Un sueño devenido pesadilla

Por: Pablo Zamora

La nueva entrega del director Edgar Wright es una excelente película para disfrutar en estas fechas de Halloween. Last Night in Soho cuenta la historia de Eloise (Thomasin McKenzie), una joven con aptitudes para el diseño de modas que llega a vivir en Londres para realizar una pasantía. Pero Eloise, lejos de ser una persona común, es alguien sensible a sucesos paranormales, pues comúnmente ve en los espejos a espectros o fantasmas. Tras alquilar un departamento en Soho, la protagonista comienza a tener sueños y visiones sobre otra mujer que solía vivir en el mismo lugar en los años sesenta, Sandy (Anya Taylor-Joy), una chica con aspiraciones a ser cantante cuyo desenlace es fatal.

A lo largo de la cinta existen diálogos que nos permiten conocer más a Eloise, quien tiene antecedentes de una familia con problemas mentales, es precisamente esa razón por la que la protagonista es un poco reservada ante sus habilidades. Los intentos de Eloise por encajar en el círculo de modistas son frustrados por la abrumadora experiencia de vivir en un nuevo lugar y convivir con personalidades complicadas, la vida que hasta cierto punto vive a través de los sueños donde personifica a Sandy, le resulta una escapatoria efectiva que la hace tomar inspiración para sus diseños.

En primera instancia la vida de Sandy es encantadora, hasta que conocemos las verdaderas intenciones de Jack (Matt Smith), su representante, un hombre carismático y atractivo que le promete a Sandy una vida en el espectáculo. Sobra decir que tal promesa resulta ser una completa mentira y, cada vez que Eloise sueña con la vida de Sandy, descubre un nuevo y trágico capítulo del pasado. Estas pesadillas en vida van desestabilizando la aparente armonía que había conseguido la joven, llegando a un punto donde las visiones y los sueños se mezclan con su realidad.

«Existen muchísimas cosas positivas para relatar de la cinta, sin embargo, también cuenta con elementos poco desarrollados u olvidados y un tercer acto con giros de tuerca que, aunque no resultan inverosímiles, se sienten como una conclusión que busca ser totalmente inesperada ante el misterio de Sandy».

Tal como la música formaba parte fundamental de Baby Driver (2017), en Last Night in Soho toma un papel protagónico desde la apertura de la cinta donde vemos bailar a Eloise con un encantador vestido hecho de periódico, hasta la increíble interpretación de Anna Taylor Joy de la canción Downtown. La música es para Edgar Wright un elemento inseparable incluso del ritmo y montaje.

Existen muchísimas cosas positivas para relatar de la cinta, sin embargo, también cuenta con elementos poco desarrollados u olvidados y un tercer acto con giros de tuerca que, aunque no resultan inverosímiles, se sienten como una conclusión que busca ser totalmente inesperada ante el misterio de Sandy, pero este tercer acto cuenta con poca elegancia y se siente un tanto innecesario. Buscando ser algo distinto termina siendo algo cliché, lo cual resulta una tristeza para una cinta con una construcción tan bien trabajada.

Con un toque de psicodelía, luces de neon, un guion inteligente y grandes momentos, Last Night in Soho se encuentra disponible en cines desde el pasado 28 de octubre.

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