Crítica

Crítica: Solo una mujer de Sherry Hormann

Crítica de «Solo una mujer» de Sherry Hormann | En la edición 71 de la Muestra Internacional de Cine se presenta esta película que recrea la dolorosa historia de Hatun Aynur Sürücü, una mujer asesinada por su hermano en 2005.

En búsqueda de la libertad negada

Por Paulina Vázquez

Basada en el libro de investigación Ehrenmord: Ein deutsches Schicksal (2011) de Matthias Deiß y Jo Goll, Solo una mujer (Nur eine frau, 2019) narra la dolorosa historia de Hatun Aynur Sürücü, una joven mujer alemana de raíces kurdas que en el año 2005 fue asesinada por su propio hermano en nombre del honor familiar. La directora Sherry Hormann presenta este filme de estructura circular que describe secuencialmente la historia de Aynur al desprenderse del seno familiar y acercarse a un estilo de vida occidental que le permite conocerse a ella misma desde otra mirada.

El filme comienza con la descripción de la situación cultural y familiar en la que se encuentra su protagonista, quien al ser obligada a casarse con su primo e ir a vivir a Turquía comienza a cuestionar la dura tradición ortodoxa que la obliga a permanecer sumisa y callada. Posteriormente regresa al hogar familiar en Alemania, donde al ser acosada por los prejuicios y abusos de su propia familia decide encontrar un nuevo hogar y trabajo.

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Es a partir de esta decisión, considerada profundamente deshonrosa, que los resentimientos familiares empiezan a incrementarse a la par que ella gana independencia. El filme deja clara la indecisión de Aynur de separarse por completo de sus padres, sobre todo por el afecto que les tiene. Ella desea que ese amor sea incondicional y se empeña en esperar la reciprocidad y aceptación de su familia por su nuevo estilo de vida.

Fotograma de la película «Solo una mujer» de Sherry Hormann.

Con algunos cortes que insertan archivo y fotografías de la puesta en escena acompañadas de narraciones en voz en off se nos hace notar la atmósfera preocupante que poco a poco acerca a la protagonista a su muerte. El acoso y mensajes violentos que recibe de parte de sus parientes masculinos inevitablemente afectan los intentos de Aynur por comenzar una nueva vida, explorar su sexualidad, conocerse y empezar un nuevo empleo.

Dicho esto, considero vital considerar que este caso de feminicidio llevado a la pantalla tiene muchos más vértices a considerar, puesto que puede ser cuestionable el punto de vista desde el que es narrado. Hay una crítica implícita hacia las duras costumbres musulmanas que se arraigan en la Alemania contemporánea; si bien para nada son un chiste las consecuencias que estas pueden tener sobre la vida de una persona y cómo afectan especialmente los derechos de las mujeres —hasta llegar al punto de arrebatarles la vida—, proponer el estilo de vida occidental como el ideal para la liberación de un ser humano también es preocupante.

«Este filme, de alguna manera, le da voz a una historia que no pudo ser contada, la mujer bajo la sábana se levanta para contar su historia que desafortunadamente es la de muchas otras y por eso es relevante poner sobre la mesa estos temas que muchas veces se ignoran».

El choque cultural dentro del filme plantea sutilmente al estilo de vida occidental como la promesa de una realidad plena, cuando sabemos que insertarse en el sistema dominante y vivir bajo sus reglas también representa muchas veces una amenaza contra la vida especialmente de aquellas que se identifican como mujeres. El problema no se ciñe solamente a los extremismos en los que vergonzosamente cae el dogma religioso, sino al heteropatriarcado que abraza a las culturas dicotómicas en general y respalda sus prácticas misóginas.

Este filme, de alguna manera, le da voz a una historia que no pudo ser contada, la mujer bajo la sábana se levanta para contar su historia que desafortunadamente es la de muchas otras y por eso es relevante poner sobre la mesa estos temas que muchas veces se ignoran. Si bien señalar estas injusticias no es una solución inmediata a una temática social tan delicada, sí es un primer paso para no olvidar los nombres y las historias de quienes han sido silenciadas.


Solo una mujer de Sherry Hormann se presenta en la 71 Muestra Internacional de Cine de Cineteca Nacional.

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