Crítica

Crítica: Mank de David Fincher

Un homenaje al Hollywood que fue

Por Pablo Zamora

Presentada visual y auditivamente como una película clásica de Hollywood, Mank (2020), el nuevo filme de David Fincher, es un homenaje que no solamente aborda la imagen del guionista Herman J. Mankiewicz, sino a todo lo que representa Citizen Kane (Orson Welles, 1941) como película clave en la historia del cine. La cinta cuenta la historia de Mank (Gary Oldman), un guionista de Hollywood que recibe la tarea de escribir aquella mítica película de Orson Welles, sin embargo, un reciente accidente, sus problemas de alcoholismo, mala reputación y el demandante trabajo contra reloj, complican su titánica labor.

Citizen Kane es señalada por algunos como la mejor película de todos los tiempos, por ello todo lo que surge a partir de su leyenda genera incertidumbre y hasta morbo. Cuando se anunció Mank y salieron las primeras imágenes, todo mundo volteó a ver lo que Netflix y Fincher traían entre manos, ahora que la espera ha terminado, nos encontramos con un producto que no solamente es vistoso, sino que puede complementar aquella película de 1941. Si bien, muchos hechos mostrados en el filme son ficticios, la cinta nos logra transportar a la vida de Mank, ofreciéndonos su visión del Hollywood de los años 30, en donde el poder de la industria cinematográfica podría ser comparable con la propaganda nazi de Joseph Goebbels.

En Mank, la figura de Welles (Tom Burke) es llevada aún más a lo legendario gracias a las pocas intervenciones que tiene en pantalla, reduciendo su papel a un personaje presente en las sombras, pero con una voz imponente y de gran autoridad. A través de flashbacks donde Mank rememora los acontecimientos que inspiraron el guion de Citizen Kane, la película muestra una historia en la que la influencia de los medios y el poder destruyen todo a su paso para cumplir sus intereses; Fincher filma cómo la autoridad transforma lentamente a algunos hombres. 

Sin duda alguna, uno de los puntos más interesantes de la cinta es el de traer a la luz los excesos del Hollywood de esa época, también su tratamiento estético, que parece evocar a una cinta clásica de los 40´s. En la imagen podemos vislumbrar quemaduras de cigarro y algunas elipsis usadas en cintas de ese tiempo, incluso el diseño y la banda sonora están trabajados para que uno como espectador sienta que escucha una película antigua, a tal grado que resulta de lo más agradable buscar imágenes paralelas entre Mank y el propio filme dirigido por Orson Welles.

«Mank… muestra una historia en la que la influencia de los medios y el poder destruyen todo a su paso para cumplir sus intereses; Fincher filma cómo la autoridad transforma lentamente a algunos hombres».

La carismática interpretación de Gary Oldman ayuda a que el desarrollo lento y en ocasiones complicado de la película sea más que tolerable hasta su segunda mitad, cuando su ritmo se vuelve más dinámico y todos los elementos y personajes ya han sido digeridos completamente por el espectador.

Es indudable el amor que se le ha impreso a toda la producción de Mank, desde los aspectos técnicos hasta la representación de sus personajes, mostrando un gran respeto por todas las personas que se vieron involucradas en Ciudadano Kane. La cinta está disponible en Netflix desde el 4 de diciembre.

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