Crítica

Crítica: Shang-Chi y la leyenda de los diez anillos de Destin Daniel Cretton

Crítica de «Shang-Chi y la leyenda de los diez anillos» | La nueva película del UCM se aleja de algunas cintas de origen de la franquicia al presentar a un personaje que se debate entre dos culturas y dos estilos de vida muy diferentes.

El origen de un nuevo superhéroe

Por Pablo Zamora

Las películas producto de la industria del cine son pulidas para que lleguen a las pantallas de todo el mundo, no existen elementos que escapen de la escrupulosa lupa con la que examinan estas cintas, y como todo producto, hay mercados donde su llegada es fundamental para el éxito o el fracaso. Uno de estos sitios es China, país que representa una cantidad importante de audiencia, por lo que algunas empresas se han dedicado a buscar la conquista de este mercado. Shang-Chi y la leyenda de los diez anillos es, en parte, el intento de Disney por lograr interesar a la audiencia de esa nación en sus producciones.

Partiendo de los cómics realizados durante el boom de películas de kung-fu, surge Shang-Chi, un personaje adiestrado en las artes marciales y que deberá enfrentarse a diferentes villanos, entre los que se encuentra su padre. Pero en esta película, Shang-Chi ha sido reconceptualizado para asentar una representación que busca simpatizar con las audiencias, y a su vez sea respetuosa con la cultura de la que parte.

La cinta nos presenta en primera instancia a Xu Wenwu (interpretado por el legendario actor Tony Leung), un conquistador y jefe de la organización de los Diez Anillos, quien, en su búsqueda por encontrar una civilización, se enamora de Li (Fala Chen), formando una familia que da origen a Shang-Chi (Simu Liu) y a su hermana Xialing (Men’er Zhang). Es entonces cuando la película da un salto en el tiempo para conocer al joven Shang-Chi, ahora lejos de lo que alguna vez conoció como hogar, hasta que su pasado se presenta para recordarle su naturaleza.

Fotograma de la película "Shang-Chi y la leyenda de los diez anillos" de Destin Daniel Cretton

Marvel había seguido una formula en sus películas de origen de superhéroes, desde Ant-man (Ant-man,Peyton Reed, 2015) hasta Dr. Strange (Dr. Strange, Scott Derrckson, 2016) contaban con un origen similar al de Iron-Man y sus villanos se les equiparaban en habilidades, pero en cierta medida, esta nueva película busca alejarse de aquella formula preestablecida, sin descuidar el material del que parte. Es por ello que resulta refrescante la dualidad que presenta el personaje de Shang-Chi, por una parte, es un sujeto que ha sido entrenado por la organización de su padre para ser un asesino implacable, pero por otra busca honrar a su madre, quien por un momento logró alejar a Xu Wenwu de su vida. Durante toda la cinta vemos a Shang Chi en la búsqueda de saber quien es realmente, lo cual le imprime una cierta complejidad al personaje.

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Shang-Chi y la leyenda de los diez anillos honra a otros productos que inspiraron la creación del personaje, hay escenas que podrían ser sacadas de películas de kung-fu o artes marciales, pues cuentan con coreografías muy bien ejecutadas y efectos especiales que nos recuerdan a lo visto en El tigre y el dragón (Wo hu cang long, 2000) de Ang Lee. Se nota que la película es un producto en el que han querido explorar respetuosamente la cultura china, e incluso hay un esfuerzo —aunque no muy bien ejecutado— de ser una película bilingüe, con diálogos en inglés y mandarín.

Tony Leung es uno de los mejores actores de la actualidad, su trayectoria es la prueba, por lo que su personaje dentro del UCM causó una gran atención, pues interpretaría a una versión real del mandarín después de haber presentado uno falso en Iron-Man 3 (Shane Black, 2013). Si bien, era muy difícil que Leung entregara una mala actuación, su personaje resulta en ocasiones un tanto plano, todo lo realmente impresionante del personaje se debe a la interpretación que le da Leung.

«Se nota que la película es un producto en el que han querido explorar respetuosamente la cultura china, e incluso hay un esfuerzo —aunque no muy bien ejecutado— de ser una película bilingüe, con diálogos en inglés y mandarín».

El humor es algo que ha caracterizado a las películas de Marvel, e incluso, en muchas de ellas lo humorístico solía interrumpir escenas que desarrollaban sentimientos de angustia o emoción. Sin embargo, en la batalla final de Shang-Chi y la leyenda de los diez anillos no hay muchos de estos chistes que rompen la construcción dramática, y aunque están presentes a lo largo de la cinta, en su mayoría le pertenecen a Katy, que en la interpretación de Awkwafina resultan divertidos.

El ritmo y narrativa de la cinta es algo que le pesa mucho, el pasado de Shang-Chi es contado a través de flashbacks, y estos momentos resultan, por mucho, más interesantes que lo que sucede en la actualidad, y aunque esa línea de acción funciona muy bien en el tercer acto, en su planteamiento logra que la cinta se sienta un tanto aburrida. Pese a que en Shang-Chi y la leyenda de los diez anillos hay elementos interesantes, desde la naturaleza del personaje de Shang-Chi, los homenajes a sus materiales de origen y hasta la implementación de actores reconocidos, la mayoría de estos elementos no son trabajados completamente y, por lo mismo, no despegan como debería.

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La cinta se encuentra en cines desde el pasado 2 de septiembre y cuenta con dos escenas post-creditos.

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